Militar, dirigente popular y primer caudillo social del siglo XIX; líder del Partido Liberal, al lado de Juan Crisóstomo Falcón y Jefe del Movimiento Federalista.
Ezequiel Zamora nació en la población de Cúa, estado Miranda, el 1º de febrero de 1817. De él dice Gil Fortoul que «tuvo todas las cualidades buenas o malas del héroe popular: bravura, fanatismo partidario, constancia indomable, odio sincero o, como él mismo de decía, horror a la oligarquía».
Perteneció a una clase social conocida con el nombre de «blancos de orilla». Al trasladarse a Caracas continúa la escuela primaria al estilo de Lancaster.
Zamora se radica en la población aragüeña de Villa de Cura donde establece una tienda de víveres; allí desarrolla un prestigio de comerciante probo y respetuoso. Para ese momento en que el joven Ezequiel aún no ha frisado los 30 años, su relación con los comerciantes y el pueblo le permiten palpar el descontento social provocado por la crisis económica que ocasionó la guerra de la independencia y ante las propuestas del abanderado del liberalismo Antonio Leocadio Guzmán se une a él, convirtiéndose en el Jefe regional de los Liberales.
El 7 de septiembre de 1846 Zamora se alza en Guambra, utilizando las consignas: Tierra y hombres libres, Respeto al Campesino y Desaparición de los Godos, ganando la devoción popular y el nombre de «General del Pueblo Soberano».
El 20 de febrero de 1859 estalla en Coro la Guerra Federal con Juan Crisóstomo Falcón a la cabeza como supremo caudillo del movimiento. Zamora se une a Falcón a quien de inmediato lo nombra Jefe de Operaciones de Occidente. Como brazo ejecutor de la Guerra Federal desarrolla una gran actividad y gracias a su carisma logra organizar un ejército popular a favor de los federalistas. El 4 de junio de 1859 recibe el título oficial de «Valiente Ciudadano».
Tres meses dedicó Zamora a la organización de las tropas para lo que sería la batalla decisiva, como en efecto lo fue el 10 de diciembre de 1859, la famosa Batalla de Santa Inés, donde es derrotado el ejército centralista. Después de esta acción Zamora se dirige al centro del país y en el asalto a la ciudad de San Carlos, Estado Cojedes, el 10 de enero de 1860 muere el General Ezequiel Zamora, uno de los líderes de la Federación, durante la Guerra Federal. La bala que asesinó a Zamora no se supo nunca de dónde partió; algunos afirman que provino del bando enemigo; otros sostienen que fue de sus propios compañeros de armas.
Ezequiel Zamora nació en medio de las violentas luchas que contra España realizaban los libertadores de Venezuela; en la hondonada de Cúa, en los valles del Tuy Medio, en un pueblo apacible y tranquilo. Pasó los primeros años de su vida acudiendo a una escuela elemental donde aprende los rudimentos de la lectura y la escritura.
Si bien es cierto que perteneció a "los blancos de orilla", la posición de su familia no era del todo precaria, pues eran propietarios en medio de una situación económica que hacía depender la vida de la producción agrícola.
El haber aprendido a leer y escribir le valió mucho en un país donde el analfabetismo era un mal crónico en más del 90% de la población; con este instrumento pudo lograr nociones de ideas políticas y entender la doctrina del Partido Liberal, leer los periódicos y una que otra obra de Historia Universal donde se reflejaba la lucha de los pueblos por alcanzar la libertad.
Ezequiel Zamora se fue formando también en el campo de la vida real, adquiriendo la experiencia de la "universidad de todos los días". Cuando su madre Paula Correa se traslada a Caracas, Zamora trata de continuar sus estudios, pero la vida en la capital era distinta y tuvo que ayudar a su madre en labores que le produjeron el sustento. Así vemos cómo, desde muy joven va adquiriendo experiencia y configurando su noble y recia personalidad, para luego ponerla al servicio de una causa que a la larga será desvirtuada y hasta traicionará los postulados por los cuales luchó Zamora.
Los liberales no fueron sumisos a la posición del nuevo gobierno conservador encabezado por Julián Castro y de inmediato procedieron a planificar qué debían hacer para quitar del poder a los conservadores, y vemos cómo Ezequiel Zamora quien se había embarcado hacia Curazao, entra en contacto permanente y directo con los jefes del liberalismo, pero en mayor contacto con las gentes que se quedaron en el país, ellos le irán suministrando información y no descansará en su empeño de reiniciar la lucha contra los que ostentaban el poder porque no importa quién estuviera en él, qué pensamiento pusiera en práctica, cuál el carácter de la Constitución; lo importante era estar en el poder, era necesario buscar las formas de obtenerlo y Zamora que era hombre de "tareas a emprender", comprendió que su participación en el Gobierno sólo se lograba a través de la intervención armada, así que no tuvo que esperar mucho tiempo y pudo dirigir desde la isla de Curazao la insurrección que se produce en Coro el 20 de febrero de 1859.
Sin lugar a dudas, él era el gran jefe de esa insurrección, el que la planificó, y a través de los mensajeros marinos que constantemente comunicaban a La Vela con Willemstad, pudo controlar y dirigir la insurrección con un carácter bastante personalista, porque ninguno de los otros grandes jefes del liberalismo se percató del plan y la realización de la insurrección de Coro, ni siquiera su cuñado, el General Juan Crisóstomo Falcón, quien fungía de jefe de los liberales y se enfureció al saber que su cuñado había dirigido la sublevación de Coro sin haber tenido él participación alguna; no obstante, Zamora, que no era muy amigo de estar pidiéndole opinión a nadie para emprender una acción, llegaba a Coro el 22 de febrero y tomaba el mando del alzamiento.
El recibimiento a Zamora en Coro fue algo apoteósico, todo el pueblo se fue a la plaza a recibir al gran caudillo, al incansable ejecutor, al que conduciría la Guerra de la Federación. Ese pueblo, ese mismo pueblo oirá su voz encendida.
Bajo el mando del guerrillero que mejor podía conducirla se inicia la guerra de los cinco años. Guerra sangrienta y profunda donde las pasiones se desbordan por la boca de los fusiles y por el machete cola de gallo del llanero.
De esta gesta ninguno mejor para levantar un ejército miliciano que Zamora, pues él estaba en el alma del desierto y había calado en las hondas entrañas de nuestro pueblo. En él veían los rurales la expresión de lucha constante e incansable por la existencia. Con él lucharán y conducirán a la Federación por los caminos victoriosos.
De todas las guerras civiles que sufrió Venezuela en el siglo pasado, la más cruel y encarnizada fue la Guerra Federal o Guerra Larga, que se libró entre 1859 y 1863. Fue un conflicto armado que estalló como culminación de la lucha política que sostenían liberales y conservadores desde 1840. El primer estallido de este conflicto se produjo en 1846 cuando el gobierno conservador, ante el peligro de perder las elecciones de aquel año, desató una feroz represión contra los liberales, encarcelando a muchos de sus dirigentes, entre ellos al fundador, y líder del liberalismo,
Antonio Leocadio Guzmán. A causa de aquella política agresiva del gobierno se produjeron numerosos alzamientos, entre ellos los de Francisco Rangel y Ezequiel Zamora; pero fueron dominados por el gobierno. Rangel murió y Zamora, hecho prisionero, fue sentenciado a muerte. La sentencia no se cumplió, porque al igual que a Antonio Leocadio Guzmán, el Presidente José Tadeo Monagas le conmutó la pena por el destierro. Fue precisamente en estos meses de finales de 1846, cuando se produjo el cambio de orientación del gobierno de Monagas, quien rompió con los conservadores y se alió con los liberales, partido de oposición al gobierno conservador. Gracias al apoyo liberal y mediante la adopción de ciertas medidas importantes, como la derogación de la ley del 10 de abril, la abolición de la esclavitud, y otras, Monagas se mantuvo en el poder hasta marzo de 1858, cuando el golpe militar dirigido por Julián Castro lo derrocó del poder. Pero las masas liberales comenzaron de nuevo a alzarse, como en 1846; en todo el país se formaron guerrillas hasta constituir un movimiento general de lucha armada que tomó en sus manos la bandera de la federación y agitó las consignas proclamadas por el partido liberal: "Elección popular. Principio Alternativo. Horror a la oligarquía".
La Guerra Federal fue, pues, la lucha de las masas populares dirigidas por el partido liberal contra la oligarquía, que pretendía recuperar el poder que perdió el 24 de enero de 1848.
La Guerra Federal no fue un mero estallido militar, ni tampoco un episodio más de la lucha entre los caudillos. Por el contrario, este conflicto constituyó una verdadera conmoción popular, que convulsionó el país durante cinco años y dejó profunda huella en la vida nacional. Conviene pues, señalar las principales causas que provocaron la Guerra Federal:
1.-La pervivencia de problemas económicos y sociales que la República, después de treinta años de vida independiente, no había podido resolver. En primer término, el problema de la tierra. Unas pocas familias, descendientes de la antigua oligarquía criolla y unos cuantos caudillos salidos de la guerra de independencia, reunieron en sus manos inmensas propiedades y mantuvieron su dominio sobre los campesinos. El latifundio continuó extendiéndose como base de todo aquel sistema semifeudal, mediante la apropiación por los particulares de grandes extensiones de terreno baldío. La injusticia de este régimen de propiedad territorial en manos de un pequeño grupo de grandes terratenientes frente a una gran mayoría de campesinos desposeídos y explotados, influyó en las masas populares que se incorporaron en la lucha contra la oligarquía.
En segundo término, el problema de la esclavitud. La abolición decretada en 1854, empeoró la situación social, pues los 40.000 esclavos liberados, se encontraron sin tierras y sin ayuda para incorporarse activamente a la vida económica. Los ex-esclavos tuvieron que permanecer al servicio de sus antiguos amos, quienes fijaron los salarios y las condiciones de trabajo a su antojo. La situación de miseria de este sector de trabajadores, contribuyó también al descontento de las masas rurales que nutrieron las filas de la federación.
2.-La repercusión que tuvo en la vida económica del país, la crisis monetaria internacional de 1858. Esta crisis afectó directamente el comercio exterior de Venezuela por la baja en los precios de los frutos de importación; redujo los ingresos del fisco que provenían en su casi totalidad de los impuestos de aduana y fue causa de, la ruina de muchos hacendados.
"El precio del café bajó un 20%, el de los cueros un 70%, el de productos de la caña un 50%. A partir del año fiscal 1852-53, los presupuestos fueron deficitarios. Los sucesivos empréstitos negociados por el gobierno no lograron resolver la situación "y fueron muchos los terratenientes arruinados o en trance de arruinarse, que se sumaron sin vacilaciones a la causa liberal atribuyendo al desgobierno de los godos, el general desajuste."
3.-La influencia que tuvo en el pueblo la prédica de ideólogos que contribuyeron a despertar los anhelos y aspiraciones de las masas populares, orientándolas en su lucha por la igualdad, contra los propietarios y el régimen de tenencia de la tierra.
4.-La vuelta al poder de la oligarquía, a raíz de la caída de Monagas. Después de la revolución de marzo, los conservadores intentaron restablecer la hegemonía y el exclusivismo que ejercieron hasta 1846. Pero los liberales, que venían de diez años en el gobierno de los Monagas, contaban ahora con caudillos militares de influencia en las masas rurales y tenían enorme apoyo popular. Estos caudillos iniciaron levantamientos en todo el país contra los conservadores. La insurrección prendió en todas partes bajo la dirección de los caudillos, del liberalismo. La federación pasó a ser la consigna central del movimiento: "la federación es el gobierno de los libres". Y los Federales (o "feberales", como decía el pueblo), se lanzaron a la lucha para "sacar la patria de la salvaje y brutal dominación en que la tienen los oligarcas".
Entre estos caudillos liberales, el más famoso fue el general Zamora, quien se había incorporado a las filas del liberalismo, atraído por la propaganda que hacía Antonio Leocadio Guzmán, desde las páginas de "El Venezolano". A raíz de las elecciones de 1846 Zamora se alzó contra el gobierno de Monagas, cayó prisionero y fue a parar al destierro.
Después del 24 de enero de 1848, regresó al país y formó parte de los cuadros militares del gobierno de Monagas, aliado ahora con los liberales. Cuando Julián Castro, después de la Revolución de Marzo empezó a inclinarse a favor de la oligarquía, Zamora, Falcón, Antonio Leocadio Guzmán, Antonio Guzmán Blanco y otros federalistas, fueron expulsados del país y refugiados en la isla de San Thomas, en Las Antillas. En octubre de 1858, fundaron una "Junta Patriota" que proclamó la Federación. Cuatro meses después, en la madrugada del 20 de febrero de 1859, un grupo de jóvenes liberales se apoderaron de la ciudad de Coro y se pronunciaron en el mismo sentido. A los dos días desembarcó Zamora en las costas de Coro, y se puso al frente de las operaciones militares de los sublevados, iniciando así la Guerra Larga que duró hasta 1863.
El programa de la Federación tuvo un carácter predominantemente político y sus principios fundamentales están expuestos en el Manifiesto que Zamora dio a conocer al desembarcar en las costas de Coro.
Durante el primer año de la Guerra Federal, fue una guerra de movimientos y batallas decisivas. Bajo la dirección de Zamora, que fue el alma de la guerra en este primer período, los federales obtuvieron la brillante victoria de Santa Inés, cerca de Barinas, en donde las tropas del gobierno sufrieron grandes pérdidas en oficiales y soldados y se retiraron perseguidas por el caudillo liberal. Pero Zamora murió mientras sitiaba la ciudad de San Carlos, el 10 de enero de 1860; y desde entonces la guerra se transformó en un gran movimiento de guerrillas. Por todas partes insurgían movimientos armados contra el gobierno, en muchos casos sin conexión entre sí. Las operaciones militares de los federales quedaron bajo la dirección del General Juan Crisóstomo Falcón; pero estas operaciones carecían de sentido, "no parecían tener, por regla general, el propósito definido de llegar a la capital y acabar la guerra. Las tropas atacantes se retiraban de repente, efectuaban marchas y contramarchas, se movían ya en razones de necesidades estratégicas del momento (la proximidad de un enemigo superior), ya de consideraciones logísticas (la necesidad de abastecimientos), ya por simple capricho".
La Guerra Federal se extendió por todas partes; pero su teatro principal de operaciones fueron los llanos, el norte-centro y el oriente del país.
Tuvo un sentido localista, explicable por la estructura semifeudal de entonces.
PROGRAMA DE LA FEDERACION
(Del Manifiesto del 25 de Febrero de 1859)
Abolición de la pena de muerte.
Libertad absoluta de la prensa.
Libertad de tránsito, de asociación, de representación y de industrias.
Prohibición perpetua de la esclavitud.
Inviolabilidad del domicilio, exceptuando los casos de delitos comunes judicialmente comprobados.
Inviolabilidad de la correspondencia y de los escritos privados.
Libertad de cultos, conservando la soberana tuición que sea indispensable para garantizar esa misma libertad.
Inmunidad de la discusión oral en toda especie.
Inviolabilidad de la propiedad.
Derecho de residencia a voluntad del ciudadano.
Independencia absoluta del poder electoral.
Elección universal, directa y secreta, de Presidente de la República, de Vicepresidente, de todos los legisladores, de todos los magistrados del orden político y civil y de todos los jueces.
Creación de la milicia nacional armada.
Administración de justicia gratuita en lo secular.
Abolición de la prisión por deuda, como apremio.
Derecho de los venezolanos a la asistencia pública en los casos de invalidez o escasez general.
Libertad civil y política individual, consistente:1º en la igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley; y 2º en la facultad de hacer sin obstáculo, licencia o venia, todo lo que la Ley no haya expresamente calificado de falta o delito. Seguridad individual: prohibición del arresto o prisión del hombre sino por causa criminal, precedida la evidencia de la comisión de un delito, y los indicios vehementes de la culpabilidad.
La aplicación en fin a nuestra patria de todas las demás instituciones felizmente descubiertas por la humanidad, y que la infancia del estado social o la ignorancia de nuestros conductores a la depravación o el criminal abandono han hecho imposibles hasta ahora.
mm
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