Al ver y analizar la vida y
obra del comandante Chávez por la tierra de Bolívar tengo que llegar a la
conclusión de que Él fue un ángel enviado por Dios a cumplir una misión de amor
puro en la tierra.
Su muerte física, más no espiritual,
política, ni moral, fue un duro golpe que la Patria de Bolívar, Latinoamérica y
todos los pueblos del mundo recibimos ese nefasto martes 5 de marzo a las 4:25
de la tarde, golpe que enluta y entristece el alma, pero que demuestra que los
14 años que estuvo el comandante Chávez en el poder y en victoria sirvieron
entre otras cosas para dar mucho amor y para despertar al aletargado pueblo venezolano
excluido y vejado por años por los gobiernos vendepatria adecocopeyano que
gobernaron y, la oligarquía pitiyanqui parasitaria y que hoy él, el pueblo, demuestra
su infinito amor y compromiso revolucionario con las enseñanzas de amor sincero,
patriotismo, ética revolucionaria, disciplina, obediencia, subordinación al
pueblo y lecciones de justicia social que nos dejó como legado ese ángel que se
llama Hugo Chávez, y digo llama y no llamó porque para el pueblo y para mi Chávez
no ha muerto, ¡Chávez vive!
Creo profundamente en mi ser que Dios
le encomendó a ese Ángel en el cielo, donde él estaba, la misión de que viniera
por un tiempo corto y determinado a traer la palabra y el ejemplo de amor y
justicia social a la tierra, que enseñara lo que es el Socialismo Bolivariano y
luego partiera para que fuésemos nosotros y nosotras los responsables directos de
terminar lo que Él empezó, la “Revolución
Bolivariana Socialista del siglo XXI”.
Fueron más de 30 años de lucha, sacrificio,
enseñanza, de entrega total, sin descanso, que Él tuvo para con la Patria, su
pueblo y Latinoamérica toda, fuero días de poco dormir y mucho trabajo, fueron
noches enteras de estudio y preocupaciones para resolver los problemas de los
más pobres, de los humildes, de los excluidos, de los olvidados, noches en vela
pensando en las misiones sociales de justicia que dieran al pueblo bienestar, que
dieran salud, trabajo, educación, techo digno, pensión para los ancianitos y
ancianitas, para los niños y niñas, en fin misiones para todos y todas, esa era
y fue su gran preocupación, darle un mejor vivir viviendo al pueblo.
Hoy el Ángel Chávez a partido de
nuevo para el cielo, para la Gran Sabana, para el Arauca en su chinchorro, allá
está al lado del Padre, del viento, del caimán de 10 metros que él vio más de
una vez, viendo y protegiendo a su pueblo, pidiéndole al Señor que está a su
lado por nosotros y nosotras, su gran amor perdura hoy más que nunca, hoy el Comandante
no está en Miraflores, hoy el Comandante está en todas partes omnipresente como
Dios, el Padre celestial lo quiso así.
Por eso digo…
¡Chávez Vive!
¡Gracias Comandante por
tanto Amor!
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