13 de octubre de 2011.- El retirado Teniente Coronel del ejército de EE. UU., Anthony Shaffer, afirma que un agente del FBI con información privilegiada le expresó que el dudoso complot para asesinar al embajador de Arabia Saudita que ha sido atribuido a Irán fue probablemente fabricado por la administración Obama, debido a que ninguna información acerca de la conspiración siquiera existe entre los canales del FBI.
El complot, un intento de asesinato en contra del embajador de Arabia Saudita en EE. UU., Adel al-Jubeir, fue precisado en un vendedor estadounidense-iraní de autos usados en Texas y posteriormente vinculado con la administración Obama para una conspiración más amplia controlada supuestamente por los Cuerpos de Guardias Revolucionarios Islámicos.
Según la administración, el vendedor de autos usados Mansour J. Arbabsiar trató de contratar a asesinos de las bandas mexicanas de droga para llevar a cabo el asesinato, pero el jefe de las banda de droga resultó ser un agente de la DEA haciéndose pasar por un gangster mexicano de Los Zetas. La historia tiene todas las características de las clásicas tácticas tramposas del FBI que ha caracterizado casi todas las principales redadas de terror en los últimos tiempos.
Habiendo interrogado personalmente a iraníes, Shaffer dudó del hecho de que miembros de la elite de las Fuerzas Quds se arriesgarían llevando a cabo un asesinato en los Estados Unidos cuando sería más fácil conducir semejante complot en el Medio Oriente.
“Esto no huele correctamente", dijo Shaffer al presentador Andrew Napolitano del programa Fox Business, añadiendo que era dudoso que un exitoso vendedor de carros usados quien ha sido parte de la comunidad por 15 años de repente se viera envuelto en un plan internacional de asesinato.
Cuando Napolitano le preguntó a Shaffer si Arbabsiar fue víctima de otra tramoya del FBI, Shaffer respondió, “Pienso que eso es parte ello".
“El FBI tuvo un registro últimamente y hablé con uno de mis hombres internos y él dice que piensa la misma cosa, usted sabe por qué, debido a que no puede encontrar ninguna información real y él obtuvo una autorización -- por lo tanto eso le dice que hay algo que está pasando que es extraordinario por el hecho de que él es un investigador interno, sabe lo que está sucediendo y todavía, voy a citar aquí, ‘No hay nada más allá sobre esto dentro del Departamento de Justicia de lo que ellos han hablado públicamente’ -- lo que significa para él de que hay algo muy malo con esto”, dijo Shaffer.
Hasta el diario The New York Times está ahora informando que la dudosa naturaleza de los complots ha causado “una ola de desconcierto y escepticismo en algunos líderes y expertos extranjeros”.
El complejo industrial militar ha estado buscando por largo tiempo por un pretexto que podría ser utilizado para justificar ataques militares en contra de Irán.
En un informe del 2009 titulado “¿Cuál camino a Persia?”, la elitista Institución Brookings escribió, “Sería preferible si los Estados Unidos pudiese invocar una provocación como justificación para los ataques aéreos antes de lanzarlos. Evidentemente, cuanto más escandalosa, más letal, y cuanto más sea la no provocación a la acción iraní, sería mejor para los Estados Unidos”.
El sospechoso plan ha sido inmediatamente aprovechado por gente como Hillary Clinton y John Kerry para impulsar un mayor aislamiento de Irán por parte de la comunidad internacional. Los comentarios de Kerry fueron quizás los más bélicos, diciéndole a los periodistas el miércoles, “No creo que nada debe ser sacado de la mesa en este momento”.
Esto ha servido como una útil distracción para el Procurador General Eric Holder, quien actualmente está bajo investigación por su papel en el infame programa Rápido y Furioso que vio al gobierno federal entregar miles de armas de tipo militar a líderes de las bandas de droga mexicanas.
“Que el actual "presunto" complot puesto sobre Irán gira en torno a otra agencia federal secreta llevando a cabo una operación encubierta a largo plazo, no es creíble”, escribe el periodista Tony Cartalucci.
“Que se espere que nosotros vayamos a creer que una de las elites de las fuerzas militares de Irán dejó semejante operación delicada y potencialmente iniciadora de una guerra a un vendedor de autos usados y una banda de drogas informado en los periódicos por su participación con agencias gubernamentales estadounidenses (y quienes resultaron ser realmente agentes encubiertos de la DEA) es tan ridículo que solo pudo ser “fabricado” como lo demuestra la Secretaria Hillary Clinton.
Con mayor precisión, es el resultado de una impotente comunidad de inteligencia incapaz de inventar nada más convincente frente a un público estadounidense, para impulsar su agenda moralmente derrumbada. El carácter caricaturesco del plan, incluso sus defensores que tratan de mantener una negación plausible es indicativo de una elite gobernante peligrosamente fuera de control y un gobierno completamente incompetente y criminalmente demente”.
El complot, un intento de asesinato en contra del embajador de Arabia Saudita en EE. UU., Adel al-Jubeir, fue precisado en un vendedor estadounidense-iraní de autos usados en Texas y posteriormente vinculado con la administración Obama para una conspiración más amplia controlada supuestamente por los Cuerpos de Guardias Revolucionarios Islámicos.
Según la administración, el vendedor de autos usados Mansour J. Arbabsiar trató de contratar a asesinos de las bandas mexicanas de droga para llevar a cabo el asesinato, pero el jefe de las banda de droga resultó ser un agente de la DEA haciéndose pasar por un gangster mexicano de Los Zetas. La historia tiene todas las características de las clásicas tácticas tramposas del FBI que ha caracterizado casi todas las principales redadas de terror en los últimos tiempos.
Habiendo interrogado personalmente a iraníes, Shaffer dudó del hecho de que miembros de la elite de las Fuerzas Quds se arriesgarían llevando a cabo un asesinato en los Estados Unidos cuando sería más fácil conducir semejante complot en el Medio Oriente.
“Esto no huele correctamente", dijo Shaffer al presentador Andrew Napolitano del programa Fox Business, añadiendo que era dudoso que un exitoso vendedor de carros usados quien ha sido parte de la comunidad por 15 años de repente se viera envuelto en un plan internacional de asesinato.
Cuando Napolitano le preguntó a Shaffer si Arbabsiar fue víctima de otra tramoya del FBI, Shaffer respondió, “Pienso que eso es parte ello".
“El FBI tuvo un registro últimamente y hablé con uno de mis hombres internos y él dice que piensa la misma cosa, usted sabe por qué, debido a que no puede encontrar ninguna información real y él obtuvo una autorización -- por lo tanto eso le dice que hay algo que está pasando que es extraordinario por el hecho de que él es un investigador interno, sabe lo que está sucediendo y todavía, voy a citar aquí, ‘No hay nada más allá sobre esto dentro del Departamento de Justicia de lo que ellos han hablado públicamente’ -- lo que significa para él de que hay algo muy malo con esto”, dijo Shaffer.
Hasta el diario The New York Times está ahora informando que la dudosa naturaleza de los complots ha causado “una ola de desconcierto y escepticismo en algunos líderes y expertos extranjeros”.
El complejo industrial militar ha estado buscando por largo tiempo por un pretexto que podría ser utilizado para justificar ataques militares en contra de Irán.
En un informe del 2009 titulado “¿Cuál camino a Persia?”, la elitista Institución Brookings escribió, “Sería preferible si los Estados Unidos pudiese invocar una provocación como justificación para los ataques aéreos antes de lanzarlos. Evidentemente, cuanto más escandalosa, más letal, y cuanto más sea la no provocación a la acción iraní, sería mejor para los Estados Unidos”.
El sospechoso plan ha sido inmediatamente aprovechado por gente como Hillary Clinton y John Kerry para impulsar un mayor aislamiento de Irán por parte de la comunidad internacional. Los comentarios de Kerry fueron quizás los más bélicos, diciéndole a los periodistas el miércoles, “No creo que nada debe ser sacado de la mesa en este momento”.
Esto ha servido como una útil distracción para el Procurador General Eric Holder, quien actualmente está bajo investigación por su papel en el infame programa Rápido y Furioso que vio al gobierno federal entregar miles de armas de tipo militar a líderes de las bandas de droga mexicanas.
“Que el actual "presunto" complot puesto sobre Irán gira en torno a otra agencia federal secreta llevando a cabo una operación encubierta a largo plazo, no es creíble”, escribe el periodista Tony Cartalucci.
“Que se espere que nosotros vayamos a creer que una de las elites de las fuerzas militares de Irán dejó semejante operación delicada y potencialmente iniciadora de una guerra a un vendedor de autos usados y una banda de drogas informado en los periódicos por su participación con agencias gubernamentales estadounidenses (y quienes resultaron ser realmente agentes encubiertos de la DEA) es tan ridículo que solo pudo ser “fabricado” como lo demuestra la Secretaria Hillary Clinton.
Con mayor precisión, es el resultado de una impotente comunidad de inteligencia incapaz de inventar nada más convincente frente a un público estadounidense, para impulsar su agenda moralmente derrumbada. El carácter caricaturesco del plan, incluso sus defensores que tratan de mantener una negación plausible es indicativo de una elite gobernante peligrosamente fuera de control y un gobierno completamente incompetente y criminalmente demente”.
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